El cambio climático y su relación con el agua es el tema que vertebra este año el Día Mundial del Agua, una jornada creada para concienciar a la población sobre la importancia y fragilidad de este recurso limitado. Este año, debido al coronavirus, muchos de los eventos se han aplazado o se realizarán a través de los medios digitales
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Como cada 22 de marzo desde 1993, la humanidad celebra el Día Mundial del Agua, una jornada creada para concienciar sobre el papel inigualable que juega este elemento en la defensa de la seguridad humana y en el mantenimiento de los ecosistemas del planeta. Porque sin agua, ningún tipo de vida existiría en nuestro planeta.
El tema que se ha elegido este año para conmemorar esta jornada ha sido “agua y cambio climático”, dos conceptos estrechamente relacionados
Como comentan los científicos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en sus numerosos informes, el agua, como principal elemento presente en la superficie de la Tierra, “está relacionada con todos los componentes del sistema climático que se están viendo alterados por la acción humana”, como la atmósfera, hidrosfera o biosfera.
Por ejemplo, durante los últimos años, la crisis climática está provocando que muchas de las reservas de hielo se fusionen e incrementen el nivel de agua de los océanos, poniendo en peligro a más del 40 % de la población mundial que vive en las costas.
Además, los cambios en el clima mundial están propiciando alteraciones atmosféricas que motivan la aparición de fenómenos extremos relacionados en muchas regiones. Las inundaciones de Reino Unido son un claro ejemplo, por no hablar de las DANAS del mediterráneo o las intensas olas de calor que prolongan los periodos de sequía.
El desafío que se nos presenta con todos estos fenómenos no está relacionado con los impactos directos, sino con las consecuencias futuras que, principalmente, amenazan seriamente la disponibilidad de agua en muchos países del mundo, y más en un contexto donde la demanda de este recurso se ha incrementado como consecuencia del crecimiento demográfico.
“El uso del agua se ha incrementado en un 1% anual en todo el mundo desde los años 80 del siglo pasado, impulsado por una combinación de aumento de la población, desarrollo socioeconómico y cambio en los modelos de consumo”, reza el informe mundial sobre el desarrollo de los recursos hídricos del 2019.
De hecho, según los datos de ese documento, se espera que la demanda de agua siga aumentando a un ritmo parecido hasta 2050, lo que representa un incremento del 20 al 30% por encima del nivel actual de uso del agua, en un futuro con una menor cantidad de este recurso.
Junto a este hecho, se debe mencionar que no todas las personas tienen las mismas oportunidades para acceder a una fuente de agua: más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren una fuerte escasez de agua, y aproximadamente 4.000 millones de personas padecen una grave escasez de agua durante al menos un mes al año.
Además, según el informe mundial sobre el desarrollo de los recursos hídricos, esas cifras de personas con escasez seguirán aumentando a medida que crezca la demanda de agua y se intensifiquen los efectos del cambio climático, agravando una ya de por sí crisis hídrica.
Además de los problemas de abastecimiento, la humanidad se enfrenta también a uno de saneamiento, ya que no solo es importante disponer de cierta cantidad de agua, sino que hay que tratarlo para que ese recurso pueda ser apto para su consumo. Entre otras cosas, esto nos permite contener la propagación de muchos virus.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF informan que alrededor de 2.200 millones de personas en todo el mundo no cuentan con servicios de agua potable gestionados de manera segura, 4.200 millones de personas no cuentan con servicios de saneamiento gestionados de manera segura y 3.000 millones carecen de instalaciones básicas para el lavado de manos.
Para la ONU y UNICEF, ese último adquiere una gran relevancia dentro del contexto que estamos viviendo en relación con la pandemia de coronavirus. El motivo es simple: el lavado de manos es una de las acciones más eficaces para evitar la propagación del virus.
Los países en desarrollo, los más afectados
En África subsahariana, el 63 % de las personas en áreas urbanas, o 258 millones de personas, no tienen acceso al lavado de manos. Alrededor del 47 % de los sudafricanos que viven en las ciudades, por ejemplo, o 18 millones de personas, carecen de instalaciones básicas de lavado de manos en el hogar, y los habitantes urbanos más ricos tienen casi 12 veces más probabilidades de tener acceso a estas instalaciones.
En Asia central y meridional, el 22 % de las personas en las zonas urbanas, o 153 millones de personas, carecen de acceso al lavado de manos. Casi el 30 % de los habitantes urbanos de Bangladesh, por ejemplo, o 29 millones de personas; y el 20 % de los indios, o 91 millones, no tienen con qué lavarse las manos en sus casas.
Además, en Asia oriental, el 28% de los indonesios urbanos, o 41 millones de personas, y el 15 % de los filipinos urbanos, o siete millones de personas, tampoco tienen acceso a estas instalaciones.
“Lavarse las manos con jabón es una de las cosas más baratas y efectivas que puede hacer para protegerse y proteger a otros contra el coronavirus, así como muchas otras enfermedades infecciosas. Sin embargo, para miles de millones, incluso este paso más básico está simplemente fuera del alcance”, comenta Sanjay Wijesekera, director de programas de UNICEF.
Y todo en un contexto donde, desde el 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce explícitamente el agua potable y el saneamiento como derechos humanos fundamentales, ya que son “indispensables para asegurar el sustento saludable de los hogares y fundamentales para mantener la dignidad de todos los seres humanos”.
Momento de trabajar
Debido a los graves problemas que amenazan al agua, organismos internacionales como la ONU ven necesario un cambio en la política y planificación climática para que opten un enfoque integrado para el cambio climático y la gestión del agua.
En este sentido, la Fundación Aquae y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) consideran imprescindible un cambio de cultura en la gestión de su demanda para que los diferentes niveles del gobierno, las empresas y la sociedad civil contemplen el agua como un recurso limitado y valioso que es necesario proteger.
“Basándonos en la evidencia extraída por la OCDE de la evaluación de la gobernanza del agua desarrollada en diferentes países, en situaciones de incertidumbre, como la que actualmente atravesamos, es clave realizar una gestión de la demanda de cada vez más eficiente, encontrar soluciones proactivas en lugar de reactivas, y realizar un inventario de los recursos hídricos para facilitar la toma de decisiones”, explica Oriana Romano, jefa del Programa de Agua de la OCDE.
Además de un cambio en la gestión, los organismos internacionales instan en aumentar la cantidad de fondos e inversiones en infraestructuras hídricas, así como mejorar la planificación y transparencia de esos recursos económicos para que puedan aplicarse bajo el objetivo de equidad.
Por otro lado, también animan a mejorar la investigación científica, el desarrollo y la innovación para, ya no solo tomar mejores decisiones alrededor del agua, sino con el fin de construir un mundo adaptado al cambio climático, que haga uso de unas infraestructuras mejoradas de forma eficiente y equitativa para que todo el mundo tenga la oportunidad de hacer uso del agua.
El Coronavirus empaña la celebración
Sin embargo, y a pesar de la necesidad de transmitir la necesidad de proteger un bien tan valioso como el agua, el Día Internacional del Agua ha sucumbido, al igual que otros eventos, al coronavirus.
Tal y como informa la división encargada del agua dentro de la ONU, para evitar la expansión del virus en sus eventos y siguiendo las recomendaciones de la OMS, se ha decidido posponer algunos eventos programados, como el de Ginebra, que ahora se celebrará en junio, y cancelar otros, como el que iba a acontecer en París.
No obstante, han informado que, aunque los eventos presenciales no se realizarán este mes, la campaña del día mundial del agua aún sigue en curso. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha anunciado que irá subiendo a sus canales digitales diverso material relevante sobre el agua, así como conclusiones y otro tipo de información destacada.