Si todo sale de acuerdo con lo planeado, dentro de 34 días, el 15 de diciembre próximo, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) terminará las obras de la segunda fase de la peatonalización de la carrera 7.ª entre la avenida Jiménez y la calle 26, en el centro de la capital del país.
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Esta intervención ha sido un dolor de cabeza para comerciantes y transeúntes, e incluso para la actual administración distrital, que tuvo que sacar adelante una cesión del contrato en diciembre de 2018, después de que Peatones GO, contratista firmante en el 2015 con la alcaldía de Gustavo Petro, presentara dificultades financieras.
Una vez superado ese episodio, el consorcio Santa Catalina, que quedó a cargo de completar la construcción que debía ser entregada el 26 de septiembre pasado, solicitó un plazo de 80 días, que se completa la segunda semana de diciembre de este año. El costo del proyecto es de $ 41.821 millones.
“En la actualidad se trabaja en los cruces de las calles 22, 23 y 24; el cruce vial de la avenida 19 ya se finalizó. Se adelanta el espacio público, y varios tramos ya se encuentran finalizados, especialmente entre la avenida Jiménez y la 17, y entre las calles 19 y la 22 (sector donde están ETB, Personería y Nieves)”, precisaron en el IDU.
Los comerciantes han sido sin duda los más afectados por las demoras en esta intervención, y debido a eso, el Distrito anunció un plan para apoyar la reactivación económica de la zona una vez terminen las obras.
“Vamos a iluminar todo el sector y a realizar varias campañas con comerciantes, el gremio, etc., para incentivar las ventas en diciembre. Regresa la Navidad a la 7.ª peatonal”, anunciaron.
En Fenalco Bogotá-Cundinamarca celebraron la noticia de que se entregarán las obras y esperan que esta vez sí se cumpla con el cronograma. Incluso, según su director, Juan Esteban Orrego, están dispuestos a apoyar las estrategias de la alcaldía para recuperar la economía de la zona.
“Sería muy importante porque la carrera 7.ª ha sufrido mucho. Hemos visto que los trabajos que están haciendo han estado demorados. Recibimos con beneplácito que se va a apoyar a los comerciantes, sería bueno saber con qué acciones concretas lo harán, para contribuir desde Fenalco, porque la afectación ha sido por la inseguridad, las polisombras (malla verde de cerramiento), los habitantes de calle y en general por las obras”, explicó Orrego.
De acuerdo con el IDU, la peatonalización tiene una renovación de 36.817 metros cuadrados de espacio público y contempla una ciclorruta de tres metros de ancho. “El rediseño del corredor contará con 197 canecas de acero inoxidable, 80 postes de iluminación, 44 bancas, semáforos modernos y se plantarán más de 70 árboles de especies como eucalipto, pomarroso, falso pimiento y nogal”, agregaron.
Ventas ambulantes
Una de las principales dudas de este proyecto es cómo se controlará la presencia desordenada de vendedores informales, pues en el caso de la primera fase de la peatonalización, que va de la Jiménez hasta la plaza de Bolívar, el espacio está completamente invadido.
El urbanista Mario Noriega manifestó que la decisión de la peatonalización de esta emblemática avenida de la ciudad fue “improvisada desde la administración de Petro, y Peñalosa la continuó sin ningún análisis”, y dijo que algunas de las consecuencias a largo plazo que traerá para este sector serán líos en la movilidad, menos comercio legal y más informal.
“Si miramos ejemplos en el resto del mundo, casi ninguna de las grandes calles emblemáticas es peatonal: la Quinta Avenida en Nueva York, la avenida de los Campos Elíseos en París o la Regent Street en Londres. En esas ciudades hubieran peatonalizado la carrera 8.ª o la 6.ª, nunca la 7.ª”, opinó.
Para el caso de las ventas ambulantes, en el IDU explicaron que ya se está adelantando un plan con diferentes entidades del Distrito, entre ellas el Instituto para la Economía Social (Ipes), la Secretaría Distrital de Gobierno y la alcaldía local de Santa Fe, para ofrecer alternativas a los ambulantes y regular la presencia de algunos de ellos.