Una verdadera tragedia ambiental vive Brasil. Recientemente su biodiversidad se ha visto amenazada. Primero por los voraces incendios que se han registrado en los últimos dÃas en la Amazonia y que tiene en jaque a más del 50% de la selva tropical. Ahora sus abejas están en peligro. En los últimos tres meses han muerto más de 500 millones de individuos de esta especie.
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El estado de RÃo Grande do Sul es donde se presenta una mayor tasa de mortandad. AllÃ, según denuncian los apicultores, contabilizaron hasta 400 millones de muertes. Aldo Machado, vicepresidente de la Asociación de Apicultura de Rio Grande do Sul en Brasil, cuenta que las muertes se dieron en masa, luego de que las abejas sanas se contaminaran al sacar a las enfermas de las colmenas.
Pero, ¿qué causó esta mortandad masiva?. Los investigadores encargados de hacer los análisis apuntan a que una de las principales causas son los pesticidas usados para matar las plagas. En la mayorÃa de las abejas muertas se encontraron rastros de Fipronil, un insecticida proscrito en la Unión Europea y clasificado como posible carcinógeno humano por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
A pesar de que en abril del año pasado la Unión Europea impuso una restricción a los productos que contengan Neonicotinoides por causarle daños a las abejas, en Brasil se levantaron las restricciones para usar este pesticida. Una decisión que, en su momento, los ecologistas catalogaron como trágica, y que un año después refleja sus graves consecuencias.
Según Greenpeace, el uso de pesticidas ha aumentado. En los últimos tres años se han registrado el uso de hasta 193 productos que contienen quÃmicos prohibidos en gran parte de Europa. Cifras que demuestran que no solo en Brasil estos insectos están en peligro. La situación se extiende a nivel global.
En Estados Unidos, en el último año los apicultores perdieron cuatro de cada 10 de sus colonias de abejas. Por su parte, en 20 regiones de Rusia se registraron muertes masivas de estos insectos y en Sudáfrica, en noviembre del año pasado, al menos un millón de abejas murieron. El uso de Fipronil fue señalado como la principal causa.
Esta situación tiene grandes consecuencias, ya que estos insectos tienen un rol importante en la cadena alimentaria de todo el planeta. Un tercio de los alimentos que consumimos dependen de la polinización, entre ellos están principalmente las frutas y verduras. Pero, ¿cómo hacer para cuidarlas y evitar que su población siga disminuyendo?. Uno de los consejos que da WWF es preservar mejor las tierras que ahora no están en uso pero que antes se implementaron para la agricultura.
Plantar malezas y flores silvestres en terrenos urbanizados, para alentar la proliferación de insectos polinizadores, puede ayudar. Sin embargo, concluyen los grupos ecologistas, la principal ayuda es prohibir los pesticidas dañinos. Un paso vital para evitar que las abejas sigan desapareciendo.