Refugiado en Buenos Aires, el expresidente de Bolivia Evo Morales mantiene una febril agenda política, con visitas desde su país y simpatizantes argentinos que acuden por consejos, mientras prepara una gran convocatoria partidaria a mediados de enero que elegirá al candidato presidencial para las elecciones de 2020.
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En una entrevista exclusiva con la AFP en una oficina prestada en el barrio de San Telmo, Morales lamentó el giro en la política regional del gobierno interino de Jeanine Áñez, al que considera «de facto» y rechazó el ingreso al Grupo de Lima, por considerarlo «un regreso al pasado» y la pérdida de la identidad boliviana.
¿Cómo está viviendo esta etapa política desde Buenos Aires, donde se refugió tras la asunción del presidente Alberto Fernández el 10 de diciembre? ¿Está en campaña?
Estamos organizando reuniones, tenemos visitas. Este domingo 29 hay una asamblea en Buenos Aires y de ahí vamos a emitir una convocatoria para elegir el candidato a presidente. La convocatoria calculo va a ser el 15 de enero, en dos semanas más o menos. Será en Bolivia o en Argentina, va a ser un gran encuentro. En la frontera (argentino-boliviana) hay más facilidades, pero también hay una cuestión de seguridad.
¿Confía en que si el MAS se impone se respetará el resultado de las próximas elecciones en Bolivia, que fueron convocadas aunque sin fecha?
Tiene que haber una misión internacional, organismos internacionales como el Centro Carter, un consejo de premios nobel de Paz, el papa Francisco, Naciones Unidas, o algún notable del mundo. Pese a tanta difamación, y persecución y sin candidato todavía, seguimos siendo primeros en las encuestas de la derecha, sorprende. Si gana el MAS tendrán que respetar los resultados de las elecciones. Nosotros vamos a respetar.
Un mes y medio después de su renuncia y con todo lo que atravesó desde entonces, ¿hace una revisión de la decisión de ser candidato?
Hemos ganado en primera vuelta. Inclusive con la auditoría de la OEA (Organización de Estados Americanos), los técnicos que han estudiado el último informe donde observan 226 actas. Si esos votos se lo dieran a la derecha, igual hemos ganado en la primera vuelta. Grupos de estudiosos de Estados Unidos, 98 personalidades de muchas universidades del mundo piden que se retracte la OEA y que se la investigue. Entonces no es ningún fracaso nuestra participación. Pero, con anticipación se había preparado un golpe de Estado.
Usted dice que fue víctima de un golpe de Estado, ¿a qué lo atribuye?
Un golpe de estado nacional e internacional. Fundamentalmente es un golpe a dos cosas: a que nosotros podamos ser una alternativa, una referencia, liberándonos de las imposiciones del gobierno de Estados Unidos. Los países industrializados no quieren competencia. Hemos empezado la sustitución de las importaciones. Y estoy convencidísimo que es un golpe al litio. Hemos empezado la industrialización del litio como Estado (…) Cómo un pequeño país con diez millones de habitantes, en poco tiempo iba a definir el precio del litio. Se sabe que tenemos la reserva más grande del mundo con 16.000 km2 de litio.
El gobierno de Jeanine Áñez decidió que Bolivia se incorpore al Grupo de Lima.
Estar en el Grupo de Lima es como estar en el ALCA (Area de Libre comercio de las Américas), es estar sometido a las políticas de Estados Unidos, por lo tanto del FMI. Es volver al pasado en Bolivia, es perder nuestra soberanía e independencia del Estado y perder la dignidad e identidad del pueblo boliviano. La región está en lucha, en pelea. (…) Entiendo que Estados Unidos nos divide y Luis Almagro y su grupo de evaluadores son el mejor instrumento de dominación a América Latina y el Caribe. (…) Merece un proceso a Luis Almagro por ser responsable de tanta masacre y tantos muertos en Bolivia.
México protestó el lunes al denunciar que su embajada en La Paz está rodeada de «presencia excesiva» de agentes de seguridad.
Esto es peor que en la dictadura militar, cuando por lo menos había salvoconductos y respeto por las embajadas. Nuestra protesta enérgica a la forma de planificar la intervención o el amedrentamiento, hostigamiento, cerco militar y paramilitar. Usar los drones por encima de la embajada de México es una agresión a la diplomacia.