Santa Bárbara fue una joven que vivió entre los siglos III y IV. Nació en Nicomedia, antigua provincia del Imperio Romano, ubicada en la actual TurquÃa.
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Santa Bárbara era hija de un hombre muy rudo llamado Dióscoro. Como ella no querÃa creer en los Ãdolos paganos de su padre, éste la encerró en un castillo, al cual le habÃa mandado colocar dos ventanas, pero la santa mandó a los obreros a que añadieran una tercera ventana para acordarse de las Tres Divinas personas que conforman la SantÃsima Trinidad.
Aunque no existen referencias históricas completamente sólidas sobre Santa Bárbara y los hechos que le acontecieron, su veneración se extendió por Europa consolidándose en el siglo VII.
Su culto fue aceptado y confirmado por san PÃo V en 1568 y desde entonces se le incluyó en la lista de los santos auxiliadores.
De esta manera, Santa Bárbara es representada con una espada, una palma de señal que obtuvo la palma del martirio, un manto rojo, un cáliz con la sangre de Cristo y con una corona porque se ganó el reino de los cielos; todos sÃmbolos del martirio.
La historia de que su padre fue fulminado por un rayo causó, que fuese tomada por protectora ante los peligros de las tormentas eléctricas y los incendios naturales. Luego, por analogÃa, se nombró patrona de los artilleros y los mineros.
También se pide su intercesión para no dejar de recibir la Confesión y la EucaristÃa en la hora de la muerte.
