La radioterapia tiene un papel muy importante en el tratamiento de los pacientes pediátricos con cáncer, tanto en el contexto curativo como paliativo. Para que este tratamiento pueda ser dado de forma adecuada, se requiere que el paciente este quieto. Esto representa un reto en los pacientes pediátricos, no solo por su corta edad sino además porque tanto los pacientes como sus padres están sometidos a un alto nivel de estrés emocional, creando una percepción negativa del tratamiento.
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Es así como creamos el uso de inmovilizadores y mascaras termoplásticas. Desde el 2019, el equipo de médicos y residentes de oncología radioterápica se están encargando de decorar de forma personalizada cada una de estas máscaras e inmovilizadores de acuerdo a los gustos y preferencias de cada paciente pediátrico, buscando así combatir con colores el miedo y transformar la ansiedad en emociones por medio de estas máscaras e inmovilizadores de felicidad.
Para el coordinador del grupo, el doctor Jose Alejandro Esguerra, las máscaras son un valor agregado del instituto para sus pacientes “Estamos innovando y humanizando, no es algo que se haga rutinariamente en el mundo. Buscamos con esto disminuir el requerimiento de anestesia o sedación en los pacientes, logrando así: evitar procesos adicionales, facilitar la entrega de la radioterapia, aumentar la adherencia al tratamiento y mejorando la experiencia general tanto en los niños como en sus padres o cuidadores.»
Las máscaras de la felicidad no sólo permiten disminuir este requerimiento, además mejoran la percepción, la calidad de la recepción del tratamiento y disminuyen los niveles de ansiedad tanto del paciente como de su familia.
Para la doctora Laura Morales, residente del grupo de oncología radioterápica, la máscara facilita que la experiencia de la radioterapia sea más amena, disminuyendo la ansiedad e incluso llegando a permitir que el paciente se sienta feliz de ponerse por primera vez su máscara. Igualmente afirma que “los reportes que existen señalan que la preparación para el procedimiento a través del juego tiene un impacto positivo tanto en los pacientes como en sus padres”. Ahora los pacientes pediátricos reciben tratamiento de radioterapia junto a sus héroes favoritos o de la mano de unicornios de colores.