Los temas claves de la cumbre de la OEA en Medellín

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La última vez que Medellín acogió una Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) fue en 2008, cuando un bombardeo contra un campamento de las Farc en territorio ecuatoriano desató una crisis diplomática que complicó las relaciones entre Colombia y Ecuador. Hoy la ciudad acoge de nuevo una cumbre del organismo con otros temas candentes. El primero, el cerco diplomático que durante los primeros meses del año rodeó al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pero que hoy parece haber perdido fuerza.

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El segundo, el balance y la celebración de los 15 años de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia y, el tercero, la grave crisis migratoria venezolana, pero también lo que viven los países de Centroamérica. Los cancilleres que participarán en la 49ª Asamblea General, que comienza hoy en la capital antioqueña, también debatirán sobre la protección de los derechos humanos. Por eso, un punto de la agenda será la conmemoración del sexagésimo aniversario de la creación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que tiene varios retos pendientes.

“Los líderes de las Américas deben dar un paso al frente y superar los graves desafíos a los que se enfrenta la región. Este es el lugar más peligroso del mundo para quienes defienden los derechos humanos, especialmente quienes defienden la justicia climática y el medioambiente”, expuso Érika Guevara-Rosas, directora para la región de Amnistía Internacional.

La región es también “escenario de dos grandes crisis globales de derechos humanos: las de Nicaragua y Venezuela”, añadió. La organización señaló que el año pasado 241 personas fueron asesinadas por defender los derechos humanos en las Américas: más de dos tercios del total global.

Durante la cita regional se nombrarán cuatro nuevos comisionados de derechos humanos. Por eso, varios organismos piden que se respete la autonomía y la independencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Venezuela

En su Asamblea General de 2018, la OEA aprobó una resolución que declaró ilegítima la reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, se pidió al Gobierno que permitiera el ingreso de ayuda humanitaria y exigió que se restaurara “la plena autoridad” de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

Desde abril pasado, tras la salida de los diplomáticos de Maduro, el asiento de Venezuela en el Consejo Permanente lo ocupa Gustavo Tarre, representante de Juan Guaidó, jefe del Parlamento venezolano reconocido como presidente del país por 54 naciones. Una movida muy criticada por varios países que hoy no se suman a la iniciativa del secretario general, Luis Almagro.

Varios países del Grupo de Lima promoverán en Medellín una resolución para legitimar en la Asamblea General la representación diplomática de Guaidó. El gobierno de Ecuador insistirá en una transición pacífica para solucionar la situación en Venezuela, con el líder opositor Juan Guaidó a la cabeza. También planteará la necesidad de que se celebren elecciones libres.

Pero hay un problema. Varios analistas consultados por El Espectador critican la manera como fue manejado el tema político en el seno de la OEA. Coinciden en que nunca hubo un espacio apropiado para encontrar una solución al problema y la OEA confirmó una de las críticas que más ha recibido, la inoperancia. El papel del secretario general también está bajo escrutinio, pues se convirtió en un actor político y no logró canalizar la crisis.

“Muchos países miembros de la organización no están de acuerdo con la manera como ha actuado el secretario general, Luis Almagro, un tema que pondría en riesgo su reelección. Su accionar no fue el de un secretario general, sino el de un actor político que está buscando capitalizar una posición en el continente”, señaló Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.

Y agrega: “El manejo de la situación política de Venezuela ha sido muy triste, y una de las más duras es que no se logró crear un espacio para dirimir las diferencias y encontrar una solución por culpa de un secretario parcializado cuyas acciones no tuvieron mayor efecto”.

Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la Universidad del Rosario, dice que la OEA tiene un perfil cada vez más bajo y eso tiene que ver con haber creado el Grupo de Lima y haber acabado con Unasur. “Eso se hizo un poco para superar el bloqueo que existe en la OEA frente al tema venezolano, en donde el gobierno tiene aún algunos apoyos; la Organización de Estados Americanos se equivocó apostándole todo a Juan Guaidó, para buscar un efecto que no consiguieron”, explica.

Migración

Es un hecho: la crisis migratoria venezolana ya llegó al nivel de las migraciones más grandes del mundo. Las cifras son dramáticas: 4 millones de personas han salido de territorio venezolano y la mayoría buscan destino en los países de la región. Pero no es la única crisis.

México y Costa Rica fueron los países que más solicitudes de asilo recibieron en 2018, con 57.600 casos, en Latinoamérica, región donde más de 7 millones de personas están en condición de desplazamiento. Según la Acnur, las peticiones de asilo se han disparado y tres de los 10 países de los que proceden más solicitantes de asilo en todo el mundo son latinoamericanos: Venezuela, El Salvador y Honduras.

En 2018 México, con 29.600 peticiones, y Costa Rica, con 28.000, fueron los países de Latinoamérica que más solicitudes de asilo recibieron, mientras que entre las principales nacionalidades del continente que solicitaron asilo en EE. UU. están El Salvador (33.400), Guatemala (33.100), Honduras (24.400) y México (20.000).

Y hay una situación que no se reporta, pero que comienza a tomar dimensiones gravísimas: el desplazamiento interno en Venezuela. Se calcula que se han expedido más de 3 millones de tarjetas de movilidad fronteriza, debido justo al desplazamiento de venezolanos de zonas rurales a áreas urbanas.

“Esto está aumentando de manera dramática y debería ser abordado dentro de la OEA, los países de la región deben buscar la manera de regularizar la situación de los venezolanos que llegan a países como Ecuador, Brasil, Colombia y Perú, que son los que tienen la mayor carga migratoria, hay que llegar a acuerdos mínimos”, afirma Rodríguez.

Pero hay divisiones: países como Chile, Ecuador y Perú, movidos por la situación, impusieron restricciones que complican a Colombia. “Hoy nadie quiere declarar los venezolanos como refugiados, porque eso genera una carga que casi ningún Estado puede asumir, menos el colombiano, pero hay que generar condiciones mínimas para que medidas tomadas por otras naciones no afecten más la grave situación en Colombia”, agrega el investigador del OVV.

Asegura que hay que buscar algo más que la salida de Maduro. “El Estado colombiano ha sido muy débil para articular a los países vecinos y generar políticas conjuntas, la diplomacia colombiana, que en el pasado le dio la espalda a su propia diáspora, hoy está pagando el precio. Colombia, a través de la OEA, la Comunidad Andina y sobre todo con el apoyo de la Unión Europea, debería crear un documento de identificación para los venezolanos, con eso se podría comenzar a manejar la migración”.

Jaramillo Jassir explica que “en el tema migratorio la OEA tiene un espacio de trabajo reconocido en el tema migratorio, ellos pueden ayudar a garantizar que no se violen los derechos de los venezolanos que deben dejar su país”.

Cortesía: elespectador.com
Foto tomada de: https://bit.ly/2KAZ0lT

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