El 23 de enero de 1994, algunos de los habitantes del barrio La Chinita, en Apartadó, estaban en un baile público cuando hombres del Frente V de las Farc dispararon contra la población sin mediar palabra. Esa noche, 35 personas perdieron la vida y otras tantas quedaron lesionadas por el accionar violento que habÃa sido advertido tres meses atrás.
Sigue a Catedral Stereo en WhatsApp
Le puede interesar: Catedral de Sal de Zipaquirá renueva su certificación ISO 9001
Diana Marcela Hurtado tenÃa ocho años y desde su cama escuchó los pasos acelerados y las detonaciones, lo otro que recuerda es al hombre que fue a avisar en su casa al dÃa siguiente que Fausto Hurtado, su padre, estaba entre las vÃctimas. Diana y su mamá salieron a buscarlo, con la esperanza de encontrarlo con vida, pero la escena que encontraron fue desgarradora.
«Mi papá no habÃa llegado. HabÃa salido la noche anterior y estábamos muy preocupadas. Luego nos dijeron que estaba muerto. Mi papá cayó boca abajo. Mi mamá le volteaba la cabeza. Con lo que le dieron, solo quedó la caja de dientes. De mi papá, me quedó ese recuerdo», dijo.
Han pasado 25 años desde que se cometió una de las masacres más sanguinarias en el Urabá antioqueño, un territorio que por su ubicación estratégica, ha sido usado por todos los grupos armados.
Hace tan solo 10 años, los sobrevivientes del ataque que se quedaron en La Chinita, conformaron una organización de vÃctimas que lucha por la reparación colectiva e individual de quienes perdieron a sus seres queridos, la tranquilidad, pero no los sueños.
Diana Marcela Hurtado hace parte de esa organización y sostiene que, pese a que han logrado avances como la dotación para la biblioteca y la junta de acción comunal, hay personas que fallecieron esperando justicia.
«El Estado ha sido ingrato. Interpusimos una demanda contra el Estado, el municipio y el Ejército y salió para la mitad de las vÃctimas. Las mujeres fueron las más afectadas», recordó.
Para conmemorar a las vÃctimas de esta masacre, los habitantes de La Chinita realizarán una eucaristÃa en el Parque del Sendero de la Reparación Colectiva. A la ceremonia invitaron a los integrantes de las Farc, los mismos que hace dos años fueron a pedirles perdón por el crimen y que se marcharon sin responder las dudas de la comunidad.
«Cuando nos digan la verdad, nosotros empezamos a sentirnos reparados, mientras tanto, no. Yo quiero saber porqué mataron a mi papá. No le debÃa nada a la guerra. Le enviamos esa invitación a las Farc», señaló.
Los sobrevivientes aseguran que la masacre de La Chinita pudo evitarse, en octubre y noviembre cuando fueron amenazados públicamente por las Farc, los habitantes de esta zona de invasión dieron aviso a las autoridades para que hicieran presencia. La omisión de esta petición terminó en un episodio sangriento que, según dice Diana, se sigue repitiendo a pequeña escala en la subregión de Urabá.