Estación Espacial Internacional alarga su vida útil al cumplir 20 años

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La Estación Espacial Internacional (EEI) cumplió 20 años, el doble de lo previsto originalmente, con el compromiso de alargar su vida útil lo más posible mientras las grandes potencias le buscan una alternativa para la conquista de la Luna y Marte.

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“Desde el punto de vista tecnológico, el estado de la EEI permitirá su explotación hasta 2028-30”, dijo Yevgueni Mikrin, portavoz de la corporación rusa Energuia, la fabricante de las naves Soyuz. Todos los socios que participan en su construcción, en particular Rusia y Estados Unidos, expresaron con ocasión del aniversario su deseo de prolongar otros diez años, como mínimo, la vida de la plataforma orbital, habitada desde hace 18 años.

“Prolongar la vida útil de la EEI es la decisión correcta. Debemos seguir cooperando internacionalmente, al tiempo que comercializamos la conquista del espacio”, comentó el legendario astronauta Robert Cabana, director del Centro Espacial Kennedy.

Fruto de un histórico acuerdo suscrito hace 25 años por los presidentes de Rusia, Boris Yeltsin, y EE. UU., Bill Clinton, la estación es el mejor ejemplo de la cooperación internacional en el ámbito del espacio que se abrió con la caída de la Unión Soviética y una buena solución en tiempos de crisis económica.

“Es un modelo sobre cómo vamos a explorar el espacio exterior en el futuro. Es muy caro, pero bueno. Pese a nuestras diferencias políticas, seguimos trabajando juntos en la estación EE. UU, Rusia, Japón, Canadá, la Agencia Espacial Europea (ESA), como si fuéramos uno”, agregó Cabana.

El presidente ruso, Vladimir Putin, también se sumó a las felicitaciones. No dudó en calificar el ingenio espacial de “proyecto global” y llamó a seguir utilizando las posibilidades que ofrece la plataforma para conquistar otros planetas con naves tripuladas. “Demostró que, pese a las contradicciones políticas, las dificultades económicas y los cambios sociales, podemos trabajar de manera efectiva y coordinada, superar todas las dificultades y encontrar compromisos”, dijo en un mensaje.

Un lugar cómodo

La plataforma tuvo dos antecesores en la carrera espacial que marcó la Guerra Fría, el Skylab estadounidense (1973-74) y la Mir soviética, que arrancó en 1986 y fue deshabitada unos pocos meses antes de que la EEI recibiera a sus primeros inquilinos: los rusos Krikaliov y Guidzhenko y el estadounidense Bill Shepherd.

Desde entonces, las condiciones de vida han mejorado, e incluso se puede decir que, salvando las distancias, los astronautas cuentan con comodidades desde gimnasio hasta biblioteca, y no digamos ya de dos retretes.

Echando la vista atrás, el jefe adjunto de operaciones de la Nasa, William Gersteinmeier, destacó que construir la estación espacial “fue muy difícil”. “Una vez construida, estoy sorprendido de cuánto hemos podido usarla. No estoy sorprendido de que aún esté allí, pero sí de la calidad del trabajo, la ciencia y la investigación. Somos capaces de trazar la secuencia del ADN en la misma estación”, comentó.

Subrayó que la Nasa está “muy satisfecha” con la estación y tiene intención de utilizarla hasta que se encuentre una alternativa fiable, para lo cual se basarán “en lo aprendido construyendo la EEI”.

Recientemente, el jefe de la Nasa, Jim Bridenstine, reconoció que ya ha sido remitido al Congreso un proyecto de ley para prolongar la vida de la EEI desde 2024 hasta 2030, mientras la ESA apoya la prórroga, pero no tomará una decisión hasta el consejo ministerial el próximo año o principios del 2020, explicó su director, Jan Woerner.

Turismo espacial

Otro motivo para prolongar el trabajo de la estación es que los turistas espaciales regresarán en 2019 o 2020 tras un paréntesis de diez años, lo que no dejar de ser un estímulo financiero. El último de ellos, el payaso canadiense Guy LaLiberté, pagó 35 millones de dólares en 2009 por una estancia de ocho días.

Mientras, tanto Rusia como EE. UU. miran hacia nuestro satélite, con Marte en un segundo plano. La Nasa considera prioritario el retorno a la Luna a través de una estación cislunar, mientras que los rusos se fijan como plazo poner su pie en la Luna a partir del 2030, lo cual ni siquiera pudo lograr la URSS. “¿La Luna o Marte? Primero iremos a la Luna y desde allí, a Marte”, aseveró Cabana.

Cortesía: eltiempo.com
Foto tomada de: https://goo.gl/6QDS48

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