Según la Secretaría de Ambiente, los niveles de ruido ambiental han disminuido entre 65 y 75% en el día, mientras que en la noche ha sido de hasta 95% en varios puntos de la ciudad.
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Un alto en el camino del diario vivir de las personas y un respiro para la naturaleza. Estas han sido algunas de las consecuencias positivas que ha generado la cuarentena por la vida en Bogotá para frenar la expansión del COVID-19.
De acuerdo con la Secretaría Distrital de Ambiente, la significativa disminución del tráfico vehicular y aéreo, la reducción de la actividad industrial y el trabajo desde la casa han generado un cambio en el ambiente de la ciudad.
“Bogotá está evitando diariamente la emisión de cerca de 12 mil toneladas de dióxido de carbono por la salida de circulación de la gran mayoría de la flota, lo que se convierte en un descenso transitorio, pero significativo, en la generación de gases efecto invernadero”, indicó la entidad.
Las emisiones por fuentes locales (vehículos particulares, motos e industrias) han disminuido considerablemente. Hoy la calidad del aire es buena, pero en días pasados se ha visto afectada por el arrastre de material particulado (PM) producto de los incendios forestales, quemas agrícolas en varias regiones del país y el arrastre de los vientos.
Según la Secretaría, se estima que el aporte de partículas provenientes de estos incendios durante los últimos 15 días estuvo entre 20 y 25 microgramos por metros cúbico de PM, “cifra altamente significativa que deteriora las condiciones atmosféricas de Bogotá y que no nos ha permitido gozar en pleno de un aire limpio en estos tiempos donde las calles lucen prácticamente vacías”.
Sin embargo, las medidas restrictivas a la movilidad tomadas por el Distrito y el Gobierno Nacional evitaron que el promedio de contaminantes (PM) no se hubiera incrementado entre 10 y 12 microgramos metro cúbico en la media móvil, situación que hubiera sido peor para la salud de los ciudadanos, en especial de niños, niñas y adultos mayores, población más vulnerable ante estos episodios de contaminación.
Otro de los factores positivos del aislamiento ha sido el mejoramiento del paisaje sonoro de la ciudad. Los datos arrojados por la Red de Monitoreo de Ruido Ambiental de Bogotá (RMRAB) han mostrado una disminución de 5 y 10 decibles (dB) en horarios diurnos, mientras que en el período nocturno la reducción está entre los 10 y 15 dB.
Lo anterior quiere decir que los niveles de ruido ambiental han disminuido entre 65 y 75% en el día, mientras que en la noche ha sido de hasta 95% en varios puntos de la ciudad.
La entidad resaltó que, en los sectores como la Zona Rosa, Universitaria, Restrepo, Calle 116 y Modelia, entre otros, asociados a la rumba y el esparcimiento, el descenso ha sido de hasta 20 decibeles entre las 9:00 p.m. y las 7:00 a.m., los viernes y sábados, días en los que se presenta una mayor actividad.