El Papa Francisco aseguró que “la Misericordia de Dios es nuestra liberación y nuestra felicidad” por lo que animó a perdonar al prójimo ya que todos “tenemos necesidad de ser perdonados”.
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“La misericordia de Dios es nuestra liberación y nuestra felicidad. Nosotros vivimos de misericordia y no podemos permitir estar sin misericordia: es el aire para respirar. Somos demasiado pobres para poner condiciones, tenemos necesidad de perdonar, porque necesitamos ser perdonados”, advirtió.
Así lo indicó el Santo Padre este miércoles 18 de marzo al presidir por segunda semana la Audiencia General semanal desde la biblioteca del Palacio Apostólico y sin la participación de fieles debido a las medidas de las autoridades italianas para evitar más contagios del coronavirus COVID-19.
El Pontífice continuó con su serie de catequesis sobre las Bienaventuranzas relatadas en el quinto capítulo del Evangelio de San Mateo, y en esta ocasión, abordó la que dice: “Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia” (Mt 5,7).
“En esta bienaventuranza coinciden la causa y el fruto de la misma. Aquellos que ejercitan la misericordia serán ‘misericordiados’. Este tema del perdón reciproco está presente en toda la enseñanza del Señor, de modo particular, en la oración del Padre nuestro en la que pedimos: ‘Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden’”, afirmó el Papa.
En esta línea, Francisco señaló que “hay dos elementos que no se pueden separar: el perdón recibido y el perdón que se concede” y agregó que “el hecho de que la reciprocidad de la misericordia indica que tenemos que cambiar de perspectiva; no podemos denegar el perdón a quien nos ha ofendido, por muy difícil que sea, porque necesitamos recordar que solamente perdonando a los demás, somos perdonados por Dios”.
“Del Señor aprendemos a ser misericordiosos, pues él nos precede y nos perdona antes; y al experimentar su perdón en nosotros, somos capaces de perdonar”, dijo.
Por ello, el Santo Padre afirmó que “la misericordia está al centro del cristianismo, y es la meta de todo camino espiritual; es uno de los frutos más bellos de la caridad, que nos hace libres y felices”.
Al finalizar su catequesis en italiano, el Papa Francisco dirigió sus tradicionales saludos en diferentes idiomas para las numerosas personas que en este periodo pueden seguir la catequesis solamente a través de los medios de comunicación.
“Pidamos al Señor que, en este momento particularmente difícil para todos, podamos redescubrir dentro de nosotros su Presencia que nos ama y nos sostiene, y de este modo ser portadores de su ternura a cuantos nos rodean, con obras de cercanía y de bien”, animó el Papa.