El Papa Francisco presidió este miércoles, por primera vez después de cinco meses, la Audiencia General con la participación de fieles en el Vaticano.
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La última Audiencia General que el Santo Padre realizó con público fue el 4 de marzo debido a la emergencia sanitaria del COVID-19 y a partir del 11 de marzo la catequesis semanal se llevó a cabo en privado desde la biblioteca del Palacio Apostólico, la cual se transmitió en vivo.
La Audiencia General de hoy 02 de septiembre se llevó a cabo en el patio de San Dámaso al interior del Vaticano, y no en la plaza de San Pedro. Los participantes llevaban mascarillas y las sillas estaban colocadas a más de un metro de distancia entre cada una. Se calcula que participaron alrededor de 500 personas.
Además, al inicio de la Audiencia General, el Papa Francisco destacó que “después de tantos meses reanudamos nuestros encuentros cara a cara y no pantalla a pantalla. Esto es lindo” y en su saludo a los fieles de lengua alemana que reconoció “muy contento de que ahora sea posible nuevamente un encuentro personal cara a cara en la Audiencia General” porque “como seres sociales necesitamos tal inmediatez que es buena para el alma”.
En su catequesis, el Papa señaló que “la pandemia actual ha evidenciado que todos, como miembros de la misma familia humana, estamos conectados en el bien o en el mal, porque tenemos un mismo origen, compartimos la misma casa común y un mismo destino en Cristo”.
En esta línea, el Santo Padre dijo que “esta interdependencia nos enseña que solo siendo solidarios podremos salir adelante, pues de lo contrario surgen desigualdades, egoísmos, injusticias y marginación”.
Por ello, el Santo Padre afirmó que “la solidaridad hoy es el camino para recorrer hacia un mundo post-pandemia, hacia la sanación de nuestras enfermedades interpersonales y sociales” y reiteró que “no existe otro camino: o vamos hacia adelante con el camino de la solidaridad o las cosas irán peor”.
En este sentido, el Papa Francisco reflexionó en el pasaje bíblico de la Torre de Babel del Libro del Génesis que “describe lo que sucede cuando tratamos de llegar al cielo – nuestra meta – ignorando el vínculo con la humanidad, con la creación y con el Creador”.
De este modo, el Santo Padre reconoció que “lamentablemente también hoy puede suceder algo parecido. Cae la cuota del mercado financiero y la noticia está en todas las agencias. Caen miles de personas por el hambre y nadie habla de ello”.
Por último, el Papa recordó que “diametralmente opuesto a Babel es Pentecostés” porque “el Espíritu crea la unidad en la diversidad, crea la armonía” y rezó para que “la creatividad del Espíritu Santo pueda animarnos a generar nuevas formas de hospitalidad familiar, de fraternidad fecunda y de solidaridad universal”.